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La risa de Arthur Fleck y la inestabilidad social en Joker (2019)

Publicado: 2019-10-26

"Do you remember laughter?"

Robert Plant (Led Zeppelin)

La risa de Arthur Fleck y la inestabilidad social en Joker (2019)


Joker (2019) de Todd Phillips fue una apuesta del director acerca de uno de los personajes más controversiales y, a su vez, más famosos de DC cómics. La idea era hacer un filme sin tener como referencia ninguna historieta ya publicada con anterioridad sobre el príncipe payaso del crimen. Esto pudo verse como una tirada de dados por parte de Warner al aceptar este proyecto (si es que tenemos en cuenta el fracaso de taquilla que significó Justice League (2017) y lo que a posteriori fue la salida de Zack Snyder); sin embargo, aceptaron su propuesta y el resultado, hasta el momento, ha sido positivo: tanto en la taquilla, con la audiencia y la crítica. En esta oportunidad, lo que busco es acercarme y hacer un análisis sobre una parte en particular de la película y, luego, insertarme dentro de los problemas que el largometraje no cuenta o no desarrolla concretamente, además del (supuesto) mensaje final. En primer lugar, quiero detenerme en la risa del Joker, ¿por qué molesta, irrita o desestabiliza a sus interlocutores, tanto así que ese no-entendimiento desata la violencia? En segundo lugar, esa violencia aparece, en mi opinión, producto de la falta de comunicación entre los ciudadanos de Gotham y Arthur Fleck, ya que aquellos no lo entienden y reaccionan, al no poder entenderlo, a punta de golpes. En tercer lugar, esa relación entre “incomunicación-violencia” se lee como una analogía de Gotham. Allí, los líderes no tratan de entender a los ciudadanos de a pie y, en respuesta, se desatan las protestas. En último lugar, el mensaje del Joker es una pregunta abierta: ¿qué hacemos con una sociedad insatisfecha?

La película narra la historia de Arthur Fleck (Joaquin Phoenix), quien trabaja como payaso en la ciudad de Gotham. Él vive con su madre enferma en un departamento. La cuida, la alimenta, la acompaña; es un buen hijo. Sin embargo, Arthur tiene una patología: sufre de arranques de risa sin ningún motivo aparente. Aparte de eso, va rutinariamente a la asistencia social de la ciudad para su terapia y para que le suministren las pastillas que necesita para tratar su condición. A la vez, su madre está empecinada con mandarle cartas al multimillonario Thomas Wayne, para quien ella había trabajado, con el fin de que les ayude económicamente. De un momento a otro, la ciudad empieza a tener problemas con el recojo de basura, la afluencia de ratas; por lo tanto, la asistencia social le comunica a Arthur que ya no podrá asistir ni suministrarle su medicamento, pues han recortado el presupuesto. A partir de allí, Arthur tiene un encuentro con tres empleados de Thomas Wayne, quienes le dan una paliza; no obstante, Arthur se defiende con un arma y los asesina. Días después, los crímenes son condenados por Wayne, quien califica de payasos a los manifestantes que ya empiezan a exigir respuestas de las autoridades ediles. La imagen de un payaso, como Arthur, empieza a ser utilizada como máscara por estos manifestantes que han empezado a tomar las calles de la ciudad. Cuando su madre cae enferma, Arthur se entera de su verdadero origen, increpa a Thomas Wayne, pero este le dice que su madre está loca y que él es adoptado. Arthur no le cree, va a Arkham y verifica que es verdad. Debido a ello, toma venganza con su madre, asesina a uno de sus excompañeros de trabajo y, luego, asiste a un talk show donde anteriormente se habían burlado de él. Allí, tiene la oportunidad de expresarse, además de que confiesa sus crímenes y asesina al conductor. Cuando Arthur Fleck es apresado, el patrullero es atropellado, Arthur es llevado por las masas, quienes lo aplauden y vitorean. Finalmente, se ve a Arthur en Arkham y riéndose. En la escena final, lo vemos corriendo por los pasadizos, corriendo de los enfermeros y dejando unas huellas de sangre a su paso.

La risa del Joker es una condición que sufre Arthur Fleck. Esto puede explicarse por los abusos constantes que recibió de niño y que son descritos brevemente en el largometraje. Podría quedarme con esa definición, mas creo que no es suficiente. Nada es gratuito en una obra de arte. En principio, la risa tiene una interpretación social: es producto del humor, me causa risa una acción o una situación que debe ser graciosa para un grupo. Sin embargo, ese significado no lo encontramos en la risa de Arthur. Es por ello que él carga su tarjeta con las indicaciones de su patología, esta tarjeta es el significante “risa” con el significado “patología” y no con el de “humor”, el cual es aceptado en un contexto social y urbano determinado, como lo sería Gotham. En otras palabras, la risa de Arthur no es el efecto del humor, sino que no está allí, y ese vacío es llenado cuando Arthur entrega la tarjeta. Además de ello, esta risa representa la diferencia entre Arthur Fleck y los demás, es el síntoma de que algo anda mal en él, de que es distinto. Entonces, ¿por qué dije que la risa ocasiona la violencia? Aquí es necesario detenernos. No es la risa en sí la que provoque el accionar violento, sino el (des)entendimiento. Es decir, cuando el significado no llega a su destino, cuando la carta no es entregada su remitente o, en caso de la película, cuando la tarjeta no es entregada por Arthur es que sucede la respuesta impulsiva. No estoy diciendo que todo se hubiera evitado si Arthur hubiera sido más cauteloso y tuviera su tarjeta a la mano, sino que la diferencia que se encuentra en él, como es la risa, más el vacío que conlleva es la vía hacia al resultado descrito. Tomaré un ejemplo: la escena en el metro. Allí, Arthur está volviendo a casa luego de ser despedido. Se encuentra con su uniforme de payaso y es interceptado por tres jóvenes que, por casualidad, trabajan para Thomas Wayne. Cuando ellos están acosando a una joven, Arthur, debido a su condición, empieza a reírse. Ellos también lo hacen, imitándolo. No obstante, se debe conocer el por qué de la risa, ya que sin eso se sentirían unos bobos, pues ¿quién se ríe de la nada?; en este caso, Arthur lo hace por su condición. De allí la pregunta what’s so funny? La cual, aparentemente, no tiene respuesta, pues Arthur no entrega la tarjeta que, en escenas atrás, habíamos visto que lo hacía en un bus cuando le sucedió exactamente lo mismo. Como no obtienen una respuesta, responden de forma violenta. En otras palabras, cuando la comunicación acaba o no existe, empieza la violencia, la guerra.

Arthur, quien ya había sido víctima de estos ataques contra él y había actuado pasivamente, es ahora quien contraataca activamente. Al igual que sus atacantes, él responde sin diálogo, pues, recordemos, el diálogo terminó. Al replicar, lo hace de la misma manera, con violencia, rencor e ira contenida. Por ese motivo, los acribilla. Se puede decir, nuevamente, que el accionar violento sucede cuando el diálogo es insostenible o, por algún motivo, se acaba y toma su lugar el enfrentamiento directo. En otras palabras, el diálogos hace su aparición cuando se supera al polemos. ¿Son contrarios, uno le sucede al otro? Si vamos un paso más allá, ¿el teatro griego es producto de la imposibilidad de hacer una mímesis de la violencia física; por lo tanto, tiene que ser verbal, hablada? ¿Es por eso que, en la actualidad, sucede lo contrario y las películas presentan más escenas de acción, de enfrentamiento cuerpo a cuerpo que diálogos? Dejo la pregunta abierta.

Si volvemos al Joker, la escena que usé de ejemplo es la chispa que incita a Arthur a cometer uno a otro sus crímenes. Ahora ya conoce la respuesta al malentendido luego de la falla en la comunicación: se ha desatado la violencia y la tomará como suya.

Ahora quisiera proponer una analogía entre lo que le sucede a Arthur Fleck y a la población de Gotham. Según lo poco que se muestra, la ciudad se llena de basura, de ratas, cortan el presupuesto de algunos programas municipales además de, por supuesto, el alza de la delincuencia. Por ese motivo, luego de los asesinatos que comete Arthur en el metro, la población empieza a realizar marchas contra la pésima gestión municipal. Asimismo, la candidatura de Thomas Wayne a la alcaldía se ve apañada por los comentarios que ya describimos en el resumen de la película. El punto al que quiero llegar es que la transformación de Fleck en Joker es comparable al cambio de la población de Gotham de “pacífica y sumisa” a confrontacional, sobre todo con la clase alta, representada por Thomas Wayne.

Aquí es importante revisar otra escena del filme, el encuentro entre Wayne y Fleck en el cine. Aquel lo reconoce y le cuenta la “verdad”, mientras que Arthur no la acepta. Sucede lo mismo que en la escena del metro: él se empieza a reír, Thomas no entiende el motivo y, como se acabó el diálogo, este responde con violencia: le asesta un golpe a Arthur. Esta escena sirve como referencia a lo que sucede con Gotham, ya que los síntomas de la ciudad (la basura, las ratas, los recortes presupuestales) afectan, en su mayoría, a la gente de a pie, mientras que los millonarios creen tener la solución, pero no escuchan a los ciudadanos. Además, personas como Thomas Wayne no se dan cuenta de que ellos son el problema y no la solución. Esto trae como consecuencia que la ciudad estalle en protestas y, lo que agrava aún más la situación, es la falta total de diálogo y comunicación entre las partes afectadas y los líderes. Por lo tanto, el síntoma del problema son la gran masa que destruye la ciudad y, por otro lado, el nacimiento del Joker.

Por último, la película deja preguntas en el aire que bien puede representar el caldeado ambiente político y social que se vive actualmente en los Estados Unidos: los gobernantes no escuchan a la población y sus problemas; por lo tanto, se alzan para ser escuchados. Si la comunicación falla, termina o es inexistente, esto se transforma en violencia desde alguna de las dos partes. No hay que olvidar que el diálogos le sigue el polemos y viceversa. De esta manera, la película se pregunta qué se debe hacer con este grupo de personas insatisfechas que podrían tomar por asalto las calles y sumirlas en el caos. ¿Volvemos al diálogo?, ¿se las debe reprimir? Lamentablemente, el largometraje no tiene las respuestas, ya que no es su principal intención, sino solamente presentarlas como un problema que debe ser solucionado, sino más protestas le seguirán y, sobre todo, más jokers vendrán después de este.


Escrito por

Ernesto Castillo

Soy crítico literario, músico, teórico, gusto del teatro y la filosofía. Últimamente me dedico a escribir.


Publicado en

Letra 0culta

Textos sobre teoría y análisis literario y social.