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The killing of a sacred deer: una tragedia contemporánea

Publicado: 2018-03-16

La última película de Yorgos Lanthimos, The killing of the sacred deer (2017), es un largometraje distinto a los usuales. Ya con The lobster (2016) había alcanzado un buen nivel, pero esta película es diferente. ¿Por qué? Pues es, en principio, no un drama o un thriller, sino una tragedia. Sí, una tragedia griega, pero sin dioses ni semidioses o nobles de protagonistas, sin oráculos ni coros, pero con las mismas funciones de una tragedia clásica. Iré por partes. 

Mi experiencia al ver la película fue, en primer lugar, de incomodidad: no sabía muy bien de qué iba ni entendía a ciencia cierta el porqué de la sobreactuación de los personajes, por ejemplo. Estas cuestiones las fui desentrañando poco a poco al mismo tiempo que avanzaba la película. Así, la pista fue el oráculo que Martin le dice a Steven Murphy cuando se encuentran en el hospital y Bob ya sufre los síntomas de su enfermedad; ahí me di cuenta de que estaba ante una tragedia y, a partir de allí, todas las piezas calzaron.

El fin de Yorgos Lanthimos es intentar realizar una tragedia en la actualidad respondiendo la siguiente pregunta: ¿se puede hacer una tragedia griega en estos tiempos? La respuesta no es fácil y Lanthimos la pone a prueba en esta película. Si la tragedia es un género, entonces sí es posible hacerlo, solo hay que cambiar las funciones, sobre todo las funciones divinas y las oraculares. Aquí señalaré que Lanthimos lo logra en el aspecto formal y también en el aspecto artístico. La película es una tragedia contemporánea con todas las funciones de una tragedia griega puestas en escena y, además, lo hace muy bien.

I

Primero, Yorgos Lanthimos se basa en el mito del sacrificio de Ifigenia para realizar su película. ¿Cuál es ese mito? Cuando los helenos están en Áulide para partir con su tripulación a Troya, Agamenón, quien estaba al mando de las flotas, verifica que no tienen el viento a favor; de esta forma, se quedan varados por varios días. Calcante profetiza que el viento no será favorable si Agamenón no sacrificaba a las más bellas de sus hijas en nombre de Artemisa. En este caso, era Ifigenia. ¿Por qué Artemisa “castiga” de esta forma a Agamenón? Pues hay muchas versiones: una de ellas es que Agamenón cazó a un ciervo a larga distancia y exclamó: “Ni Artemisa lo haría mejor”. Aquí el héroe griego habría cometido hybris, un exceso y afrenta contra la diosa, quien lo castigaría. Al saber el sacrificio que tenía que hacer, Agamenón acepta y manda traer a Ifigenia con su madre Clitemnestra. Luego, la sacrifica y los vientos cambian a favor de los griegos, quienes zarpan hacia Troya. En una versión del mito, Ifigenia es salvada en el último instante por la misma Artemisa y cambiada por un ciervo. Este hecho es significante, ya que Clitemnestra nunca le perdonaría a su esposo por la muerte de su hija, lo que daría paso a la traición que ella y Egisto cometerían al regreso del átrida Agamenón luego de la guerra de Troya.

II

Luego de conocer el mito ya podemos centrarnos en la película. Empezaré con el título, que sería en español “el asesinato del ciervo sagrado”. ¿A qué se referirá el título? Si conocemos el mito, vemos que hay dos muertes: primero, la del ciervo que enoja a Artemisa; luego, la de Ifigenia, hija de Agamenón. En la película, primero muere el padre de Martin y luego un miembro de la familia de Steven Murphy. Así, tenemos las analogías en cada caso. El “ciervo sagrado” se podría referir a una metáfora, en la película, de la muerte de un miembro de la familia del héroe, así como Agamenón tuvo que sacrificar a su hija; aunque también se puede referir a la primera muerte, la del padre de Martin, que cambia de lugar en el mito al ciervo asesinado por Agamenón. En mi opinión, me aventuraré a decir que el título se refiere a las dos muertes, tanto del mito como de la película. La muerte del ciervo y del padre de Martin son los causantes de las segundas muertes: de Ifigenia y de uno de los miembros de la familia. De esta forma, el "ciervo sagrado" se refiere a los cuatro a la vez.

fotograma de la cinta

III

Ahora me enfocaré en la trama. Steven Murphy es un cardiólogo y cirujano que está casado con Anna, con la cual tiene dos hijos: Kim y Bob; se nos muestra como una familia sin preocupaciones ni defectos, perfecta y saludable. Por cuestiones que después de discutirán, Steven operó sin éxito al padre de Martin, un adolescente de unos 15 o 16 años. Ambos han estado viéndose desde el incidente, pues Steven se ha sentido afligido por la muerte del padre de Martin. Luego, Steven invita a Martin a su casa y conoce a toda la familia. En las siguientes escenas, vemos que Martin le achaca a Steven su alejamiento y lo invita a cenar a casa para conocer a su madre. Cuando Steven va y cenan juntos, la madre de Martin se le insinúa a Steven, quien la rechaza y sale de la casa. Martin se molesta e increpa a Steven su actitud. Luego, Bob, el hijo menor de Steven, es llevado al hospital porque dice no sentir sus piernas. Martin va al hospital y se reúne personalmente con Steven y le dice que tiene lo que le ha pasado a Bob le pasará a su hija y también a su esposa, quienes luego morirán. Steven puede salvarlos, la decisión está en sus manos, pero solo luego de sacrificar a uno de ellos. Steven tiene que elegir quién va a morir para salvar a los otros dos, sino todos morirán lentamente: primero, no sentirán sus piernas; luego, dejarán de comer; finalmente, empezarán a sangrar por los ojos y luego de unas horas morirán. Steven, al saber esto de los labios de Martin, no le cree. Acto seguido, Steven y Anna, quien es oftalmóloga, cuidan y trabajan día y noche en el hospital para averiguar qué le pasa a Bob. Kim también cae enferma con los mismos síntomas que Bob. Ambos padres se desesperan, pero no encuentran solución científica a lo que les sucede a sus hijos. Entonces, deciden tenerlos y cuidarlos en su casa. Finalmente, Steven tiene que decidir, sino se quedará sin familia.

¿Es esto una tragedia? En una tragedia griega, según Aristóteles, el héroe y protagonista trágico es una persona noble, inteligente, sabia, pero debe cometer un error que lo haga caer en desgracia. Por ejemplo, Agamenón cometió hybris no cuando mató al ciervo, sino al compararse con Artemisa. Por su parte, Steven comete un error como cirujano: bebe alcohol el día de la cirugía del padre de Martin, por ello es que se culpa de la muerte de aquel. Steven ha sido alcohólico, pues ya no toma, pero el día de la operación lo hizo y un paciente falleció. Tenemos el error trágico, falta ahora la hybris. Simple: sucede el “exceso” cuando rechaza a la madre de Martin y deja de verse con él.

A su vez, Martin cumple la función divina de Artemisa en la película. Martin se molesta por la actitud de Steven y lo castiga, así como los dioses castigaban a los hombres a su antojo en la tragedia griega. En este caso, Martin culpa a Steven de la muerte de su padre y lo hace pagar al enfermar a toda su familia y tener que elegir entre uno de ellos para sacrificarlo. En la película, Martin le da a entender a Steven que, así como él lo hizo sufrir con la muerte de su padre, ahora él sufrirá por la muerte de uno de los miembros de su familia. Aunque en este caso será distinto, ya que Steven es el que debe elegir a quién matar y lo tendrá que hacer él. Por lo tanto, tendrá plena conciencia al decidir si mata a su esposa, a su hija o a su hijo.

Por otro lado, Martin también cumple la función oracular: le cuenta su destino al protagonista, el cual no puede cambiar porque está fuera de su alcance, solo debe aceptarlo y estar preparado para ello. Igual que en la tragedia griega, el héroe no puede escapar a su destino, pues es víctima de sus acciones, las cuales lo han llevado a la situación que se encuentra en este momento. De igual manera, en una tragedia, los eventos que no tenían explicación o los atolladeros que estaban fuera del conocimiento del protagonista eran saciados con la visita al oráculo, el lugar donde una pitonisa le daba un mensaje sobre su destino al que se lo pidiera.

Además, la enfermedad es la peste que aparece en varios pasajes de las tragedias. Como la peste que ocurre al inicio de Edipo rey, Hera ha llevado la peste a Tebas porque ha ocurrido un incesto y un parricidio que la ciudad debe condenar. De la misma forma, la enfermedad que ingresa a los cuerpos de la familia de Steven es resultado de la hybris del héroe trágico como castigo que le impone la divinidad.

Es interesante notar que en la película lo que no se puede entender es el origen de la enfermedad y que la ciencia, en este caso la medicina, no puede resolver. En la era contemporánea, el método científico es la técnica que se utiliza para solucionar cualquier enigma o pregunta que se haga el hombre. En la película, esta se trata de resolver a través de la medicina, pero falla estrepitosamente. Entonces, podría preguntarme, ¿por qué falla? No lo sé, puesto que no se nos dice en el largometraje. No hay respuesta epistemológica a la recuperación de los miembros de la familia, más bien existe una fe ontológica a la solución que transmite Martin como sujeto-oráculo.

Aquí podemos detenernos un momento para analizar la diferencia entre creencia y saber. Se supone que con la Modernidad se acabaría la creencia en la fe, pero más bien la fe es el sostén del saber, es su suplemento, el último recurso que se tiene cuando el saber nos ha fallado. En el caso de la película, el saber científico —el discurso médico— falla y no les queda otra salida a los protagonistas que volcarse por la fe, la creencia —el saber metafísico y divino del oráculo—, como último procedimiento para solucionar el atolladero en el cual se encuentran y que ningún saber puede resolver.

Esto se ejemplifica —la imposibilidad de la ciencia de resolver el inconveniente— cuando Anna conversa con el anestesiólogo de su esposo, Matthew, el mismo que estuvo en la sala de operaciones con Steven cuando el padre de Martin feneció. Anteriormente, Steven le había comentado a Anna que era imposible que un cirujano mate a un paciente, pues siempre la culpa recae en el anestesiólogo. En cambio, cuando Anna conversa con Matthew, este le dice lo contrario: “Es imposible que un anestesiólogo mate a un paciente, más bien la culpa recae en el cirujano… Además, creo que Steven estuvo bebiendo ese día”. ¿Cómo resolvemos, entonces, este dilema? Como ya anticipé, la fe es el último recurso de la mente moderna-científica. Cuando se acaban todas las explicaciones de la ciencia, la última alternativa es el camino de la fe, de la creencia en un dios, en un ser superior que todo lo rige y que todo lo sabe, el cual puede resolver el atolladero que la ciencia no puede responder. En la ficción de Yorgos Lanthimos, la fe, la religión, es suplementada por la fe en el oráculo de Martin, la función divina, que representa al dios griego de las tragedias áticas. De este modo, la ciencia y la fe, propongo, no se encuentran divorciadas, sino unidas por un lazo difícil de destruir. Si el sostén del sujeto en la actualidad es la ciencia moderna, el sostén de la ciencia es la fe, el último recurso que sostiene todo el aparato simbólico del sujeto.

IV

¿Quién es el culpable de la muerte del padre de Martin? Nadie lo es. ¿Hay un culpable? La culpa de la muerte del paciente recaerá, en este caso, sobre quien se crea culpable, a quien sienta la culpa de lo ocurrido. Aquí es necesario utilizar la famosa frase de Lacan del Seminario de la Carta robada: una carta siempre llega a su destino solo cuando el sujeto se identifica dentro de la cadena de significantes como destinatario del mensaje del Otro. Por lo tanto, Steven es el culpable, porque él lleva la culpa, se identifica como el responsable al colocarse como destinatario del “tú mataste a mi padre”.

V

¿Cómo entender el final? ¿Steven elige o no elige su destino? Pareciera que dejara al azar la resolución de a quién asesinará para que la enfermedad pase, pero no es así. Deja al azar a quién matar, pero sí decide hacerlo: al final sí elige, pues no tiene escapatoria; Martin es más fuerte que él y no puede hacer nada para evitarlo: se asesina al ciervo sagrado, a un miembro de la familia como castigo, como una imposición que el sujeto está en contra, pero que debe obedecer, pues no hay escapatoria.

En conclusión, la cinta de Yorgos Lanthimos tiene todas las características básicas de una tragedia clásica, pero lo ha adecuado al contexto contemporáneo. Por ejemplo, ¿cómo explicar la inexistencia de dioses, de oráculos en la actualidad, pero de igual manera insertarlos en la trama? Pues sí es posible en la película. ¿Cómo entender la sobreactuación de los actores? Solo en la medida en que la actuación en sí no es importante, sino las acciones que ellos realizan. Yorgos Lanthimos se dio cuenta de eso y prefirió no dar mucho interés a las perfomances de sus actores, sino darle primacía a la acción dramática, al texto. The killing of the sacred deer (2017) es una tragedia contemporánea excelentemente realizada y un éxito dentro del género que en los próximos años será mejor valorado.


Escrito por

Ernesto Castillo

Soy crítico literario, músico, teórico, gusto del teatro y la filosofía. Últimamente me dedico a escribir.


Publicado en

Letra 0culta

Textos sobre teoría y análisis literario y social.