En el episodio 3 de la tercera temporada de Supergirl (2017), se presenta un tema que me llama mucho la atención: ¿cuándo un rebelde/revolucionario tiene una valoración positiva o negativa? Bueno, todo depende de un factor: Si se lucha contra un gobierno totalitario, se es un buen rebelde; pero si se lucha para imponer un gobierno totalitario, se es un mal rebelde. En el episodio en mención, Supergirl viaja a Marte y se encuentra con una facción rebelde que tiene como fin derrocar a un gobierno totalitario que ha desangrado el planeta en una guerra civil que dura ya siglos; además de que han asesinado sistemáticamente a innumerables ciudadanos y han impuesto campos de concentración, etc. Se puede identificar a ese gobierno con todos los males que genera un régimen totalitario. Así, los rebeldes que luchan por esa causa son buenos rebeldes. Aunque no sepamos cuál será el plan luego de derrotarlos y tomar el poder, la lucha contra ese Mal está justificada por ese factor.

En cambio, en los últimos dos episodios de la primera temporada de Supergirl sucedió lo contrario: un grupo de kriptonianos quiso imponer un sistema llamado Myriad en el planeta Tierra, el cual haría que todos los ciudadanos tengan un único pensamiento, lo que ayudaría a solucionar los problemas que trae consigo la política; de esta forma, la suspensión de las discusiones y el pensamiento único ayudaría enormemente resolver los problemas en corto tiempo y sin caer en el "juego" de la política representativa. Kripton se destruyó por esa causa y ellos no quieren que se repita lo mismo en la Tierra. Estos “malos” rebeldes quieren instaurar un gobierno "homogéneo" (el sistema totalitario), por lo cual Supergirl tiene que luchar para preservar el status quo. Aquí, Supergirl representa la resistencia conservadora del capitalismo democrático frente al autoritarismo totalitario de los “malos” rebeldes. En esta oportunidad, la figura del rebelde tiene una valoración negativa, pues conocemos su plan a futuro y ese no es el que tenemos ahora —libertad de mercado y democracia representativa—, sino lo contrario: la pesadilla totalitaria.

Esto se repite en otras películas. En They Live (1988) de John Carpenter, los alienígenas han tomado las riendas del poder sobre la Tierra, pero los humanos aún no somos conscientes de eso. Se organiza una resistencia para derrocarlos. Estos rebeldes son buenos porque (1) quieren destituir al sistema totalitario y, a su vez, (2) no conocemos su plan luego de derrocar el poder vigente. Suponemos que su propósito sería implantar una democracia occidental contemporánea. Caemos en el plano de la especulación al declarar este resultado.

Mientras tanto, en Star Wars (1977-1983) de George Lucas sucede lo mismo: los rebeldes de la resistencia son “buenos revolucionarios” porque luchan contra el Imperio Galáctico que destituyó a la antigua República ¿democrática y capitalista? Estos rebeldes tampoco presentan un plan luego de la toma del poder, pero se supone implícitamente que este sería la instauración de una democracia representativa con libertad de mercado (¿o no?).

Finalmente, esto conlleva a un par de preguntas detrás de esta narrativa: ¿tiene la revolución otro sentido más allá de la superación de la democracia capitalista?, ¿existe otro fin aparte del camino hacia el totalitarismo o el de la vía conservadora (democracia participativa más libre mercado)?