Julio contra los dinosaurios
¿Los outsiders salvarán al Perú?
El candidato a la presidencia por el partido Todos por el Perú, Julio Guzmán, ha tenido una gran influencia en las redes sociales, ya sea por el discurso optimista y renovador que presenta o por el calificativo de outsider que se le da. En esta oportunidad, más allá de hablar de propuestas, Guzmán trata de diferenciarse de los políticos tradicionales llamándolos “dinosaurios” y contra los cuales él luchará y nos salvará de ellos, como el mesías elegido para guiar el país. En esta oportunidad, analizaremos su discurso, destacaremos que la imagen que pretende vender a sus electores no es nueva, sino que ya ha sido utilizado en campañas pasadas con resultados positivos a la hora del resultado final.
¿Qué es un outsider? Si hablamos de una elección para un servicio público, como la presidencia de la república, por ejemplo, es la persona que se encuentra fuera del espectro político habitual, una figura nueva y fresca que no tiene ningún vínculo con otro partido político y que no ha formado parte de él en el pasado. Este sería la definición de un outsider, el cual los peruanos ya conocemos. Esta figura ha sido siempre bien recibida por el electorado en variadas elecciones y casi siempre han obtenido un buen bolso de votos que les ha permitido, si no ganar la contienda —como Alberto Fujimori en 1990—, en pelear los primeros lugares —son los casos de Alejandro Toledo y Ollanta Humala en los años 2000 y 2006, respectivamente—.
¿Pero, por qué fueron atractivos los outsiders? Hay diversas razones, la principal sería la desconfianza en los partidos y los mismos políticos que han fracasado una y otra vez a la hora de resolver los problemas y reclamos de la población. Cada individuo que entra en la política, ya sea que participe activamente o lo haya hecho representando una función pública, es visto con suspicacia y pierde inmediatamente la credibilidad; esto en la gran mayoría de los casos. Aquí es donde entra a tallar el outsider como una fuerza excéntrica no embadurnada por el quehacer político, porque este no tiene experiencia en un puesto público y no ha sido “expuesto” al sistema político imperante, el cual es percibido por los electores como “corrupto” e “insalvable”.
Cada individuo que entra en la política es visto con suspicacia y pierde inmediatamente la credibilidad; esto en la gran mayoría de los casos. Aquí es donde entra a tallar el outsider como una fuerza excéntrica no embadurnada por el quehacer político.
De esta forma, Julio Guzmán se coloca en el bando de los no-políticos y fuera del espectro de los políticos tradicionales que él llama “dinosaurios”. “Los dinosaurios deben estar en el museo y no en palacio”, repite en un cúmulo de reportajes y entrevistas que da a la prensa (video). El candidato por Todos por el Perú se posiciona en un lugar cómodo y atractivo para el electorado peruano: como no tiene pedigrí político es confiable y no es corrupto.
De esta forma, Julio Guzmán se coloca en el bando de los no-políticos y fuera del espectro de los políticos tradicionales que él llama “dinosaurios”. “Los dinosaurios deben estar en el museo y no en palacio”.
Mis argumentos no van con el hecho de enumerar las estrategias de este candidato, sino señalar que el discurso fabricado para este fin —ganar las elecciones presidenciales— no es nueva, ya lo utilizaron Fujimori, Toledo y Humala en la primera o segunda ocasión que postularon a la presidencia del Perú y los tres tuvieron resultados positivos con un porcentaje importante de votos ganados en cada elección que participaron.
Una sola persona puede ganar la presidencia, pero él solo no puede gobernar, se necesita un equipo con experiencia y un buen plan a futuro.
A manera de reflexión, no estoy de acuerdo con este tipo de postulaciones a la presidencia de la república, sobre todo de personas que no tienen bases políticas ni operadores en las regiones del país y son nuevos en estas lides electorales. Lo nuevo atrae, eso es cierto, pero la experiencia en gestión también es sumamente importante. No tengo ninguna acusación contra el señor Guzmán y me parece una persona inteligente y un buen profesional a juzgar por su hoja de vida. Más bien, siempre un candidato a la presidencia debe de tener también personas a su alrededor, políticos que muevan el coche, ya sea en el congreso y fuera de él; no se puede respaldar uno en la imagen de una sola persona o en técnicos salidos del sector privado para entrar al sector público, donde el trabajo es totalmente distinto. Una sola persona puede ganar la presidencia, pero él solo no puede gobernar, se necesita un equipo con experiencia y un buen plan a futuro, y el señor Julio Guzmán, lamentablemente, con la pose caudillista y mesiánica que impone, no lo tiene.