Cambia tus sueños, cambia de libertad
¿Cambiar el sistema económico? ¿Para qué? Si a todos nos va bien, ¿no?
Es muy interesante darse cuenta de que en la actualidad la gran mayoría de medios de comunicación predican que nos encontramos en una época de gran crecimiento económico y científico, en el cual podemos adquirir objetos y productos los cuales eran impensados hace unos años atrás. Además de ese entusiasmo por la revolución científica, hay un entusiasmo colosal acerca de la libertad que nosotros, como individuos del siglo XXI, gozamos actualmente.
Si hay libertad, ¿por qué no puedo escoger entre uno y otro modelo económico?
De la misma manera, me parece oportuno recalcar que la susodicha libertad viene con algunas limitaciones. Así, la palabra “libertad” no contiene el significado en sí mismo. Me explico: ¿han visto cómo a los nuevos políticos se les pregunta cuáles son sus nuevas propuestas? Estos, a su vez, responden pomposamente y de acuerdo al electorado que quieren agradar y ganar a la vez: crearemos más puestos de trabajo, reestructuraremos las escuelas u entidades públicas, etc. Pero —siempre hay un pero— está prohibido e incluso penado por la opinión pública proponer un cambio de sistema económico o imponer uno alternativo al actual; ¿por qué sucede eso? Si hay libertad, ¿por qué no puedo escoger entre uno y otro modelo económico?
¿No es que nuestra era se caracterizaba por la libertad de elección? ¿No puedo escoger qué carrera estudiar, dónde vivir y qué carro tener? Por supuesto que sí[...] Entonces, ¿también puedo decidir en qué momento deshacerme del libre mercado? No, no se puede. ¿Por qué? Destruirías todo, la moneda se devaluaría, habría escasez de alimentos y de empleos, las gentes no podrían elegir y volveríamos a los “tiempos oscuros” donde la ansiada libertad no existía.
¿No es que nuestra era se caracterizaba por la libertad de elección? ¿No se me es permitido escoger comprarme tal o cual electrodoméstico? Claro que sí. ¿No puedo escoger qué carrera estudiar, dónde vivir y qué carro tener? Por supuesto que sí. ¿Puedo elegir entre uno y otro candidato, dentro del moderno sistema democrático, cuál será mi representante en el congreso y en la presidencia? Sí. Entonces, ¿también puedo decidir en qué momento deshacerme del libre mercado? No, no se puede. ¿Por qué? Destruirías todo, la moneda se devaluaría, habría escasez de alimentos y de empleos, las gentes no podrían elegir y volveríamos a los “tiempos oscuros” donde la ansiada libertad no existía. Todo esto acompañado de un largo etcétera.
Yo siempre me he preguntado si existe la libertad en la actualidad o solamente hay dogmáticos que pululan por allí y defienden a capa y espada la libertad (de mercado).
Esto tiene una razonable explicación y es la siguiente: la libertad no vino por sí sola, sino que actúa conjuntamente con el capitalismo y la democracia. La libertad de elegir es solamente hacerlo entre la variedad que te da el mercado. En nuestra democracia sucede lo mismo, escogemos los candidatos que nos propone el mercado. Así, somos parte del sistema retórico actual del libre mercado por el cual la libertad está subyugada al sistema capitalista y, en realidad, solo elegimos entre opciones iguales, pero con variados cambios de matices.
Hay que cambiar de libertad y crear nuestros propios sueños, no los de los demás.
Lamentablemente, en la actualidad, estamos tan sumidos dentro del modelo de capitales que es casi imposible pensar fuera del sistema económico mundial y no ser tachado por un extremista o terrorista antisistema. Por eso, hay que cambiar de libertad y crear nuestros propios sueños, no los de los demás.